¿Sabia qué fácil es LUXAR, fracturar la muñeca de un paciente Postrado?

La postración nos deshumaniza ante la mirada del cuidador, somos solo un cuerpo inerte, sin entender que el dolor no se ha abolido, ni el amor propio, ni el sufrimiento. Debemos cuidar la articulaciones del pacientes para la rehabilitación posterior. Cuando nuestra voz esta silenciada, nuestro cuerpo está inerte, pero nuestros sentidos están en ALERTA, cómo hacer para suplicar a nuestro cuidador que al girarnos en la cama, no deje caer todo nuestro pesado cuerpo sobre nuestra muñeca?

Dos horas después, al siguiente giro del cuerpo, esa mano entumecida, morada, fría y exquisitamente adolorida, se libera, luego que ya la luxación se revela como una extraña deformación de la mano. A la que nadie presta atención, pues...todo nuestro cuerpo tullido, contracturado ha sufrido mas de una deformación. Pero si vemos el rostro del paciente, hay una expresión resignadamente agónica, y la faz humedecida, por tantas lagrimas ahogadas.

No podemos pasar por el dolor de la postración para recién entender que debemos cuidar ese cuerpo inerte, doliente ajeno, como si fuera el propio

Coloquémosle muñequeras, es ideal que sean en piel de carnero, para que evite toda dolorosa deformación....y si no las tenemos al alcance, vistamos las manos y antebrazo con un calcetín rojo, o de cualquier color vivaz, con algodón por dentro, para que el solo verlo, nos haga recordar, que no debemos olvidar esas muñecas.

Quien sabe si al bajar el edema cerebral de un aparente irreversible ACV, volvemos a recuperar habla y parte del movimiento, pero encontremos ya las manos inutilizadas....que haríamos con quien nos descuidó de tal forma.

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